Hablar de calidad es hablar de algo que todo el mundo desea, tanto quien la ofrece como quien la recibe. Esto también es extensible a proyectos de Business Intelligence. Mi experiencia, sin embargo, me ha mostrado que la realidad difiere de esa imagen idílica que rebosa calidad por todos lados.
En este artículo quiero hacer especial hincapié en el concepto de calidad en la implementación de un proyecto BI y los beneficios que aporta a ambas partes: Cliente y proveedor de servicios (externo o interno, cuando se trata del departamento de IT).
El proveedor de servicios desea ofrecer calidad para así poder satisfacer a sus clientes, labrar una reputación y conseguir más proyectos futuros. Por su parte, el cliente desea obtener el máximo rendimiento a su inversión económica, y ésto pasa por obtener calidad.
Qué es calidad en un sistema de BI?
La calidad en un sistema de BI viene dada por los siguientes factores:
- Rendimiento: Capacidad del sistema de obtener los resultados deseados en poco tiempo.
- Efectividad: Uso de recursos inteligente y máximo rendimiento de los componentes.
- Mantenibilidad: Facilidad de crecimiento y mantenimiento del sistema.
Vale la pena dedicar un tiempo a entender cada uno de estos factores.
Rendimiento
El principal objetivo de un sistema de BI es poder proporcionar al usuario la respuesta a un conjunto de consultas. Éstas, mayoritariamente deben analizar un gran volumen de datos. En el mundo actual, el tiempo es dinero. Y tener a un usuario esperando para obtener una respuesta puede tener un gran impacto económico. Aún más, si la frustración por la espera desemboca en un abandono de la solución de BI por parte del usuario. Es por eso que un sistema de BI debe minimizar el tiempo de espera de los usuarios.
Efectividad
Obtener el máximo rendimiento es esencial en cualquier tarea si queremos obtener una buena productividad. La economía de los recursos se halla en las prioridades de cualquier proceso de negocio y también en el día a día de nuestras vidas. En un sistema de BI no debería ser menos. Al aumentar la efectividad, conseguiremos el máximo rendimiento de los componentes del sistema. Y eso se traduce en una reducción de costes de hardware y posiblemente software.
Mantenibilidad
Una solución de BI no es estática, al igual que no lo són los requerimientos de análisis de datos en cualquier organización. Facilitar el crecimiento del sistema permite a las organizaciones poder responder a esos nuevos requerimientos. Pero para poder hacer eso de manera efectiva en tiempo y recursos, debemos construir el sistema de manera que nos permita esas futuras evoluciones.
Importancia de la calidad
Muy a menudo, rendimiento, efectividad y mantenibilidad no son factores que se hallan en la cúspide de las prioridades a la hora de implementar un sistema de BI. En su lugar, encontramos un único factor: la satisfacción de los requerimientos de negocio. Es decir, la funcionalidad del sistema.
La calidad es un concepto técnico. La funcionalidad es un concepto de negocio. El éxito de un proyecto de BI pasa por conseguir ámbos conceptos.
Si tan sólo nos centramos en la funcionalidad, el proyecto puede ser un completo fracaso. Veamos qué sucede en las siguientes situaciones:
- Lentitud de las consultas: El usuario se frustra y deja de utilizar el sistema.
- Sobrecarga del sistema informático: El crecimiento del volúmen de datos o la ejecución de consultas más pesadas provocan un desplome del rendimiento. La solución no debe pasar por la ampliación de los recursos hardware, ya que es una solución cara y posiblemente no prevista en los presupuestos de la organización. E inevitablemente, el hecho de padecer un tiempo de respuesta a las consultas alto, hace que el usuario deje de utilizar el sistema.
- Ampliación de requerimientos de negocio: El coste de ampliación y mantenimiento del sistema es muy alto, con lo que algunos de los requerimientos no son satisfechos a corto plazo. En algunos casos, la falta de presupuesto puede hacer que estos requerimientos no sean implementados. Por lo tanto, el usuario deja de utilizar el sistema.
Y no hace falta decir que si el usuario deja de utilizar el sistema, el proyecto de BI es un completo fracaso.
Cómo asegurar la calidad en un proyecto?
Los factores de calidad anteriormente citados están claramente en conflicto. Por ejemplo, utilizar un código fácilmente mantenible (fácil de entender, estructurado, etc.) puede implicar una penalización en el rendimiento respecto a otros algoritmos más eficientes. Un claro ejemplo es el algoritmo de ordenación: Burbuja vs. QuickSort.
Para poder asegurar una buena calidad dentro de un proyecto, debe haber unas directrices bien establecidas desde el inicio del proyecto. Así como es clave definir la gobernanza de datos en un proyecto de BI, también lo debe ser el nivel de servicio en términos de rendimiento, el uso de los recursos y la facilidad de mantenimiento del sistema de BI.
Tener una estrategia clara y concisa de BI incluye la definición de los factores de calidad del sistema.
Dado el caso que el proyecto ya esté iniciado, una auditoría del proyecto, desde la definición a la implementación, ayudarán a determinar si la calidad se ha tenido en cuenta. Hay que tener en cuenta que suele ser mejor detectar un problema potencial antes de que éste aparezca que una vez ya se ha producido. Si el impacto en los usuarios de negocio ya se ha producido, su confianza en el sistema posiblemente estará amenazada.
Una auditoría puede ser iniciada tanto por el cliente como por el proveedor de servicios, como mecanismo de control interno a la calidad. Si es el proveedor de servicios quien inicia la auditoría, éste estará ofreciendo al cliente una mejor imagen por lo que respecta al servicio.
Resumen
La calidad de un sistema de BI aporta beneficios tanto al proveedor de servicios como al cliente. Con la calidad ganan ambas partes. Es una situación de win-win.
Hay tres factores esenciales en la calidad de un sistema de BI: Rendimiento, efectividad y mantenibilidad.
Estos tres factores entran en conflicto los unos con los otros, lo que requiere de un equilibrio entre ellos. Este equilibrio se consigue mediante la aplicación de mejores prácticas que aseguren que se cumplirán ciertos niveles mínimos identificados en la estrategia del proyecto de BI.
Una auditoría permitirá identificar el nivel de calidad de un sistema de BI.